Yo creo que fui una niña rarita sí o sí. Nunca jugaba con muñecas, casi no tenía porque no me gustaban. Mi madre siempre lo recuerda y añade con algo de tristeza e incomprensión que lo que quería eran puzzles y cuentos. A mi padre ni le pregunto porque seguro que no se acuerda. A veces pienso que han venido los de 'Men in Black' con el aparatito aquel que borraba la memoria y le han flasheado eliminando recuerdos de mi infancia.
Puede que eso de que me gustaran tanto los puzzles fuera una premonición de lo que iba a acontecer en mi destino. Quizás la vida, sin palabras, me susurraba: ve practicando, nena, que a lo largo de tu existencia vas a tener que reconstruir muchas imágenes, historias e incluso personas.
domingo, 28 de junio de 2015
domingo, 21 de junio de 2015
Joder, lo que hago es muy serio
Me hace "gracia" cuando mi madre me enfoca con mirada de preocupación elevada a la máxima potencia y me dice que cuándo voy a buscar un trabajo serio, o en su defecto, que cuándo voy a buscar un trabajo de verdad. Serio y de verdad, de verdad y serio. Repito las palabras que a ella tanto le gustan; las mareo como si mi cabeza fuera una noria, las mastico sin hambre, las pienso hasta pulirlas. Y el resultado va a ser este artículo, porque joder, lo que yo hago es muy serio y tan de verdad que asusta...
domingo, 14 de junio de 2015
No eres tú, es el miedo
Un miedo mayúsculo que te hace pequeñito. Un miedo que te invita a falsear sentimientos y a inventar películas de vaqueros sin pistolas para enfrentarte a algo o alguien que te observa fijamente. No eres tú el que ha mirado hacia otra parte, no, es el miedo. Y es que, a veces, encararse a la realidad asusta, y pronunciar una verdad fulminante requiere de una valentía que no siempre tenemos a mano. Y así vamos, entre mentiras y verdades a medias, con medias tintas que no consiguen acabar el relato, que no te dejan ser tú.
Despídete del miedo, por favor, o él hará que te despidas de tus sueños. Despídete del miedo, que vivir con miedo no es vivir y parece que lo obviamos pensando que tenemos mil vidas por degustar. La vida es ya, es ahora, y lo siento, pero no es compatible con el miedo. Vida y miedo jamás formarán el binomio perfecto, jamás irán de la mano. No será más que una piedra que no te deja avanzar y que difuminará la meta que un día te marcaste sin pensar en el invitado sorpresa.
Despídete del miedo, por favor, o él hará que te despidas de tus sueños. Despídete del miedo, que vivir con miedo no es vivir y parece que lo obviamos pensando que tenemos mil vidas por degustar. La vida es ya, es ahora, y lo siento, pero no es compatible con el miedo. Vida y miedo jamás formarán el binomio perfecto, jamás irán de la mano. No será más que una piedra que no te deja avanzar y que difuminará la meta que un día te marcaste sin pensar en el invitado sorpresa.
domingo, 7 de junio de 2015
Desaprendiendo
El otro día escribí un artículo sobre aprender, crecer, sobre caídas necesarias y portazos que dicen adiós. Pues llega un punto en la vida en el que lo sabes casi todo y empiezas a desaprender. Una cuenta regresiva, un reloj de arena al que el tiempo le ha dado la vuelta. Lo veo cuando la miro y ella mira por la ventana y desafía cara a cara a los recuerdos. Porque a veces no recuerda qué hizo ayer, pero sí el camino que recorrió cincuenta años atrás...
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