jueves, 31 de marzo de 2016

Ruinas


La gente que aparenta me parece tan patética, tan payasos de circo sin fieras, que no sé si me provocan lástima o risa o las dos cosas. Lo del aparentar sin mirar atrás es una moda, nada pasajera, que se instaló en este país fantasmón hace años. Se instaló para quedarse. Hambre de arrogancia y codicia, imagino. Aparentar una relación perfecta que solo existe en una foto estática, un statu sin quo o un nivel de vida que les permite vivir en distintos escenarios una gran mentira.

También imagino que lo más enrevesado para esas personas que se nutren del 'qué dirán' es potenciar una imagen que no existe, luchar contra los elementos, pelear con la realidad que les asfixia. Qué lastima. Hay caretas que se pegan a la piel y disfraces que se convierten en uniformes. Actúan, puro teatro, sin llegar a percatarse que solo ellos se alimentan por gotero de sus ruinas de color de rosa. 

Los años me han enseñado que la vida da tantas vueltas como esquinas hay en mi barrio. Los años me han enseñado que las personas que enseñan de verdad no van disfrazadas. Así que, sí, me río de l@s que aparentan y miran por encima del hombro, de los que hablan de la vida como si alguna vez hubieran vivido, de l@s que intentan marcar la diferencia con marcas que desmarcan. No me impresionáis, catet@s.
……………………………………………

PD.1. Reivindicando ando.
PD.2. El postureo… que me pone nerviosa.


domingo, 6 de marzo de 2016

Con pasión

Hay palabras que suenan a Txaikovski y otras que son ruido infernal. Sí, las hay que se las lleva el viento y otras que te acarician la cara con aires renovados. O las que se compran en un Todo a 100 con ansias de conquistar un Todo Incluido que no está al alcance. Hay palabras que suenan a folletín de cuarta regional, que desvisten las ganas y te matan de frío. Sí, también hay palabras que suenan igual pero significan lo contrario. Con algunas personas pasa lo mismo: parecen, pero no son.

Y en el fondo, nunca es la palabra, sino la boca que la pronuncia la que ensalza o desvirtúa su valor.

Compasión, no. Con pasión, sí.