domingo, 12 de julio de 2015

Por mis cojones

Lo reconozco, lo confieso, entono el mea culpa y me castigo a mí misma al rincón de pensar, pero las cosas como son… hablo con tacos. A ver, que puedo ser muy, muy fina si quiero, pero en mi caos de rutina, de palabras atragantadas y de idas y venidas, los utilizo. "Joder" y "hostia" forman parte de mi vocabulario, incluso a veces, haciendo un exceso de mal gusto y chonismo, digo "hostia puta". A lo loco. Y me quedo más ancha que el cielo.

Tampoco es tan grave, hay realidades peores, como que el 34% de la población española no lee ni un libro al año, y que el 28% lee como muchísimo de dos a cuatro libros (datos del último informe del CIS).
Es que no me digan ustedes que las cifras no son como para entonar un "hostia puta" como la copa de un pino. Pero en fin, mejor dejo los números a un lado que me deprimen, y me centro en los tacos, que con ellos me vengo arriba.

Hace unos años viví en Malta, y mi compañera de trabajo francesa al escucharme decir: "Esos por mis cojones me dan la entrevista", me preguntó que qué significaba la expresión que repetía tanto y me encendía como una antorcha. Si es que los tacos aportan luz a mi mirada. Y yo, como buenamente pude, se lo expliqué. Porque esas tres palabritas, propias de personas malhabladas como la que aquí escribe, son algo más que tres palabras, eso es un grito de guerra, es un 'Made in Spain' elevado a la máxima potencia. Es un respirar hondo y observar el camino sin fin que se perfila delante de tus ojos, con sus laberintos, ramificaciones y piedras tan grandes como mi cabeza.

Mira, Alice, le dije. "Por mis cojones" es el paso previo para dar un gran paso. Es creer en ti y en tus posibilidades sin importar lo que diga el resto del mundo, sin importar las consecuencias y las caídas. Es subirte a un avión tú sola y aterrizar en un país desconocido buscando un futuro mejor, un futuro. Mira, Alice, le dije. "Por mis cojones" es lanzarte a la piscina sin saber si habrá agua, y si resulta que hay… nadar, nadar hasta alcanzar la orilla. Es levantarte despeinada y con sueño a las siete de la mañana cada día sin importar la estación y luchar por lo que quieres. "Por mis cojones" es un lo voy a conseguir aunque me deje el último aliento en ello, aunque las dudas quemen en las palmas de mis manos y los miedos paralicen mis fuerzas.

Y se lo expliqué en inglés, que manda huevos. Y sonrió, parece que le gustó la expresión y la hizo suya, porque mi francesita tiene muchos cojones, tantos como yo, y le va la frase como anillo al dedo. Así que los tacos no son tan malos, detrás de ellos, en ocasiones, hay coraje y rabia y ganas, no solo una chiquilla malhablada. Que lo sepan, señores.

P.D.1. Me dieron la entrevista.
P.D.2. También le enseñé palabras y frases bonitas, como "te echo de menos", "nos vemos pronto" y "amigas para siempre".


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